davidinvestigador  
 
  ciencia o hermeneútica 28-04-2025 12:40 (UTC)
   
 




 


 
CIENCIA
  O HERMENÉUTICA: UN FALSO DILEMA

 


 






 


 
 

 
   
  Enviado por Alberto Cha Larrieu

 


 


 


Desde mediados del
siglo pasado mucho se ha discutido sobre la pertinencia de aplicar la
metodología científica estándar en el estudio de los asuntos que conciernen al
hombre y a la sociedad. Una alternativa, que todavía se maneja, propone excluir
la ciencia corriente de esos territorios y sustituirla por un método sui
generis, basado en la comprensión y en el ejercicio hermenéutico. Pensamos que
es una propuesta infortunada.


El conocimiento
científico y la reflexión hermenéutica son cosas distintas, con metodologías
diferentes y objetivos, las más de las veces, también diferentes. De ello no se
sigue, en modo alguno, que deba consagrase un reparto de competencias, tal que
una de las partes conserve en exclusividad la realidad "natural" y la
otra reserve, para sí, la realidad "humana".


Las teorías
científicas se testean sistemáticamente en las más variadas circunstancias,
exponiéndose así a ser desmentidas por los resultados del experimento y de la
observación controlada. No son un libre cuerpo de ideas, apoyado en ejemplos,
metáforas y analogías más o menos oportunas, sino que constituyen un discurso
articulado que se somete a la a la prueba de los "hechos".


La reflexión hermenéutica,
en cambio, descansa en la erudición, la experiencia y la intuición del
intérprete, y en sus habilidades retóricas, pero no controla empíricamente sus
afirmaciones. Puede argumentarse que las nociones de "hecho" y de
"control empírico" se apoyan en la controvertida distinción entre
teoría y observación, por lo que se tornaría problemática su aplicación. Ello,
que en determinados niveles es cierto, afecta a la ciencia toda y no ha
inhabilitado, sin embargo, el uso de la distinción, la cual, con los ajustes y
reelaboraciones que a partir del propio debate se han realizado, sigue siendo
un instrumento imprescindible a la hora de establecer criterios demarcatorios
entre el conocimiento científico y otros productos intelectuales. (1)


El control empírico
de las teorías científicas se lleva a cabo infiriendo de ellas predicciones
condicionales, razonablemente claras y precisas, y constatando luego si las
mismas se confirman o disconfirman con la experiencia.


La comprensión y la
interpretación hermenéutica, por el contrario, no se caracterizan,
precisamente, por su potencialidad predictiva. Son, básicamente, elaboraciones
ex post facto que, como el búho de Minerva, levantan su vuelo al anochecer. (2)


Para llevar a cabo
las predicciones se utilizan enunciados de carácter general, las leyes
científicas, que, como es sabido, están a la base de los modelos de explicación
y sin las cuales la ciencia moderna resultaría irreconocible. Es común que
autores y, más que nada, divulgadores de filiación hermenéutica y comprensivista
sostengan que la explicación de los fenómenos sociales y humanos, a diferencia
de los fenómenos naturales, exige procedimientos intuitivos e interpretativos
radicalmente distintos de las estructuras nomológicas presentes en la
explicación científica corriente.


No cabe discutir
aquí el papel que juegan y el rendimiento que tienen, en sí mismos, tales
procedimientos. Sí interesa dejar en claro que, de la eventual aceptación de
los mismos, no es legítimo extraer la tesis separatista fuerte, que excluye in
totum el tratamiento científico del campo de los fenómenos humanos y sociales.
(3)


Hace cincuenta años
todavía se argumentaba que los fenómenos biológicos requerían una metodología
sui generis pues, sostenían algunos, las entidades y procesos vitales, por su
complejidad y especialísimas características, resultaban refractarios, en
última instancia, a la lógica y a la estrategia general de investigación
adoptadas por las ciencias naturales típicas, como la física y la química. Fue
la aplicación consecuente del método científico la que se encargó de dirimir la
cuestión, al punto que hoy ya no se discute el lugar de la biología como una
disciplina más entre las ciencias llamadas naturales. Pero, en paralelo, el
debate pervivió en el campo de los estudios sociales y humanos y, allí también,
la práctica ha ido clarificando las cosas.


Para no ir muy
lejos, en esta llamada "década del cerebro", los espectaculares
avances de la neurobiología, en zonas tradicionalmente reservadas a las
"ciencias del espíritu", están dando por tierra con viejas fronteras
e interdicciones. Y es que estas cuestiones metodológico-estratégicas,
especialmente en zonas fronterizas, no se zanjan a priori, mediante profesiones
de fe o decretos filosóficos, sino a partir de evaluar el rendimiento que
demuestren los diversos enfoques concurrentes. Tal como ocurre a nivel
intracientífico, cuando en el seno de una disciplina cualquiera se adopta
determinado "programa de investigación".


En ese caso, a
diferencia de lo que sucede con las hipótesis científicas propiamente dichas,
no es posible declarar que un programa es verdadero o falso, pues funciona como
conjunto de reglas o apuestas más que como una aserción. Lo que sí es
posible hacer es constatar su mayor o menor fecundidad a partir de los frutos
que su aplicación depare.5


El conocimiento
científico nace y se desarrolla a partir del discurso cotidiano, con toda la
carga y el desciframiento hermenéutico que el uso del mismo conlleva, y a él
vuelve, muchas veces corrigiéndolo, cuando las diferencias en la interpretación
de los datos de la base empírica obligan a dejar en suspenso, al menos
parcialmente, la carga teorética presente en los mismos.(4)


Reconocemos así, en
el proceso de investigación, momentos hermenéuticos "pre científicos"
y "para-científicos", comunes a todas las disciplinas, sean
naturales, sociales o humanas. También hay lugar para un momento hermenéutico
"post científico", común también a todas las ciencias, en el cual
encuentran su ámbito legítimo las reflexiones metacientíficas y las
consideraciones filosóficas en general, tanto en el plano propiamente
cognitivo, como en el plano de las cuestiones estimativas y valorativas.


Es en este último
plano, particularmente, donde, a nuestro juicio, la reflexión hermenéutica y
metahermenéutica resulta más interesante, y desarrolla sus mejores
posibilidades, en cuestiones tales como el develamiento y la elaboración del
sentido y la articulación de las preferencias. En este plano, no está de más
subrayarlo, la ciencia pasa a ser la "esclava de las pasiones”. Su papel
consiste, en el mejor de los casos, en oficiar de humilde proveedora de
elementos de juicio factuales para la discusión racional de decisiones y
compromisos que, decididamente, caen fuera de su competencia.


NOTAS


1. Sobre la discusión
y reformulaciones a que ha dado lugar el problema del par teoría/observación
ver L. Olivé, y A. R. Pérez (comps.): Filosofía de la ciencia: teoría y
observación, México, 1989. Cfr. asimismo el artículo de Ezra Heymann, Revista
Relaciones, Montevideo, diciembre 1996, donde se plantea breve, pero
clarificadoramente, el tema y se propone agregar un sexto criterio a los cinco
que maneja Kuhn para la elección de teorías. La propuesta del profesor Heymann,
que enfatiza el papel de la aptitud de las teorías para la discusión
interteorética, es de especial interés en relación a la cuestión que nos ocupa
en este trabajo. Los trabajos de Gregorio Klimovsky, distinguiendo diversos
tipos de "base empírica", son una reelaboración de la problemática en
el sentido indicado en el texto. Al respecto ver, por ej., "Estructura y
validez de las teorías científicas" en Ziziemsky, David (ed.): Métodos de
investigación en psicología y psicopatología, Buenos Aires, 1980.


2. A partir de sus posibilidades predictivas el conocimiento
científico desarrolla su interés de dominio técnico, para usar la terminología
habermasiana, que desemboca en el desarrollo espectacular de la tecnología
moderna. A su vez, como lo recuerda Heymann en el artículo antes citado, los
resultados de la aplicación tecnológica realimentan el control empírico de la
teorización científica. Obviamente ello no sucede con las operaciones
interpretativas comprensivas.


3. Importe destacar
que autores de primera línea, cercanos al pensamiento hermenéutico y post-hermenéutico,
como Habermas, Apel y Ricoeur, reclaman, legítima y razonablemente, otras
aproximaciones para el estudio de estos temas, pero no niegan la pertinencia de
hacer ciencia estándar (science) en los asuntos que versan sobre el hombre y la
sociedad. Ver, por ejemplo, P. Ricoeur: "Expliquer et Comprendre" en
Revue Philosophique de Louvain, 1977; J. Habermas: Conocimiento e Interés,
Madrid, 1973 y K. Apel, La transformación de la filosofía (II),Madrid, 1985.


4. Sobre la
diferenciación de diversos tipos de base empírica en función de los
presupuestos adoptados y, especialmente, respecto al contenido teorético de los
datos, ver el trabajo de Klimovsky antes citado y también, del mismo autor: Las
desventuras del conocimiento científico, Buenos Aires, 1994.


Enviado por Alberto
Cha Larrieu




Código ISPN de la Publicación:
EpZpuZZFuFIMnbwyNs


Publicado Wednesday 3 de December de 2003


 


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
¡Hoy había/n 29 visitantes (55 clics a subpáginas) en ésta página!
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis